Moménto a moménto

martes, 4 de junio de 2013

Luz nocturna

Este insomnio que me acompaña noche tras noche. Y a todos aquellos que les parecía normal que alguien con mis prohibidos hábitos  no durmiera, lamento y de verdad lo lamento, decirles  que aún luego de abandonar el consumo de la sustancia sospechosa del problema. El insomnio, como yo ya lo intuía no desapareció en lo absoluto simplemente regreso a su viejo estado mismo que me acompaña, si mis recuerdos no me engañan desde aquel diciembre del 72 justo cuando por mi cumpleaños numero doce, al llegar la hora de dormir me quede acostado boca arriba con la mirada en la parte inferior de la litera en que arriba de mi dormía a ronquido suelto mi hermano mayor. Esa primera desvelada no hice otra cosa que permanecer acostado, con lo ojos bien abiertos y absorto en innumerables pensamientos propios de mi edad. Fantasías, imágenes graciosas y no pocos pensamientos inocentemente sexuales producto de mi evidente precocidad. Así estuve toda la noche de mi primer insomnio, sin sentir el tiempo y completamente ignorante de que aquel amanecer que me sorprendió despierto en realidad era el principio de una interminable noche de insomnios engañosamente  interrumpidos por los días intermedios. Lo curioso de este asunto es el nulo sufrimiento que contrasta con un gozo noctívago que invade mi espíritu mi cuerpo y desborda mi más impredecible creatividad....

Canito