Moménto a moménto

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Aportación

El mas presente recuerdo
que tengo de mi personalidad
infantil.
Es esa desfachatez
y nada puritana
mirada con la
que percibía y
reaccionaba ante
aquello que
el entorno etiquetaba
como impropio
indecente pecaminoso
y por supuesto
no apto para
menores.

La vida me puso
tal ves como
una especie de prueba
o simplemente
por que así
es como fue que era
En situaciones
y eventos que
por lo que he
visto y escuchado
a otros en situación
similar les
provoco horror
resentimiento
y un trauma del
pasado.

Por supuesto
no me refiero
a ningún tipo
de violencia
real ni de
carencia de
nada elemental.
Hablo de sucesos
que han sido
etiquetados de
inaceptables.
Juicios y prejuicios
que la sociedad
en conjunto quien
sabe de donde
y desde cuando
a acordado enjuiciar.
Ignorando por completo
la evolucion y el
individual derecho
a ser y hacer lo que sea
siempre que esto no impida
el mismo derecho de ser
cualquier otra persona.
Sería bueno en mi opinión
abandonar la doble
moral de hacer en privado lo
que se pregona prohibido


Somos un universo
perfecto.
Donde el bien y el mal
provienen del mismo
centro.
Es verdad que
la armonía y el caos
son distintos
pero son uno
al mismo tiempo.
Así que por lo
que a mi respecta
ser y dejar ser
es nuestro regalo
al misterio

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